- Monarquía absoluta: breve historia
- ¿Qué es una monarquía absoluta?
- ¿Qué es el absolutismo?
- Los principios de la monarquía absoluta
- ¿Qué llevó al auge de la monarquía absoluta?
- ¿Hasta qué punto era absoluta esta forma de gobierno?
- Países europeos que siguieron la monarquía absoluta
- La monarquía absoluta hoy
El mundo en que vivimos hoy se rige en gran medida por la democracia y garantiza derechos constitucionales a sus ciudadanos. Los reyes y reinas de los que oímos hablar ostentan poco más que un poder simbólico.
Pero no siempre fue así.
El mundo europeo, a menudo alabado hoy como bastión de la democracia, estuvo antaño gobernado por monarquías absolutas.
Este método de gobierno fue muy popular a lo largo del siglo XVIII. Al propagar la creencia de que los reyes y reinas que gobernaban la tierra eran mensajeros de Dios y que Dios había creado la monarquía, la realeza reforzó su poder.
Veamos cómo la noción de Monarquía absoluta se extendió por Europa y creó dinastías y, finalmente, el fin de la Era del Absolutismo.
Monarquía absoluta: breve historia
La monarquía absoluta surgió en Europa y se convirtió rápidamente en una forma popular de gobierno en la que reyes y reinas de linajes puros gobernaban diversas regiones de Europa.
Esta forma de gobierno se derivaba de la creencia de que los monarcas tenían el control absoluto, que poseían un "derecho divino", y que oponerse a la Monarquía era similar a luchar contra Dios.
En el siglo XVI, la Monarquía absoluta se extendió como la pólvora por Europa Occidental y se filtró en los sistemas de gobierno de los siglos XVII y XVIII.
Esta idea del "derecho divino de los reyes" se convirtió en la base para el florecimiento de la Monarquía absoluta. Esta creencia incluso justificaba el gobierno dictatorial como un castigo divino impuesto por las autoridades como resultado de la maldad humana.
La proclamación de Luis XIV "Yo soy el Estado" es quizás el mejor ejemplo de lo que representaba una monarquía absoluta.
Luis XIV, monarca que gobernó Francia de 1661 a 1715, declaró que tenía el control absoluto de todos los ámbitos de la nación y que era la autoridad más importante y poderosa del Estado.
Luis XIV de Francia¿Qué es una monarquía absoluta?
Una monarquía absoluta es una forma de gobierno en la que un rey o una reina gobiernan de forma absoluta un país. En una monarquía absoluta, el traspaso de poder es hereditario y sólo puede llevarse a cabo a través de la línea de sangre.
La Monarquía Absoluta cobró importancia durante el periodo medieval y prevaleció en gran parte de Europa Occidental a lo largo del siglo XVI, apoderándose de países como Inglaterra, España y Austria.
Sin embargo, tras la Revolución Francesa de 1789-1799, que dio origen a la idea de soberanía popular o gobierno de los ciudadanos, el predominio de las monarquías absolutas disminuyó drásticamente.
¿Qué es el absolutismo?
El absolutismo es un sistema político que sitúa a un único monarca o gobernante soberano en el control absoluto e incontrolado de una nación. Un gobierno absolutista suele estar formado por un monarca o dictador y no cuenta con ningún otro órgano -legislativo, judicial, religioso o electoral- que pueda oponerse a la autoridad o limitarla.
Los principios de la monarquía absoluta
En comparación con otras formas de gobierno, la Monarquía absoluta sigue una serie de principios muy diferentes para establecer y mantener su reinado.
1. Derecho divino
Según la doctrina del derecho divino, el monarca tenía plena libertad para hacer lo que quisiera siempre que estuviera de acuerdo con la voluntad de Dios.
2. Poder absoluto
El poder absoluto garantizaba que el monarca pudiera tomar decisiones sin consultar a nadie más, y se encargaría de que la decisión se llevara a cabo.
3. Transmisión hereditaria del poder
La Monarquía Absoluta establece el principio hereditario de poder y vida, según el cual el hijo mayor del rey ostentaba todo el poder hasta su fallecimiento.
4. Administración centralizada
La administración centralizada permitía al monarca cobrar impuestos a la población para financiar el mantenimiento de su ejército y garantizar la acumulación de riqueza.
5. Sistema de clases
El periodo de la Monarquía absoluta coincidió con una época en la que destacaba el sistema de clases. Los ciudadanos se dividían en clases altas y bajas: la clase más alta era el clero y la Monarquía, la burguesa era la clase media, mientras que la clase más baja incluía a los asalariados y los campesinos.
¿Qué llevó al auge de la monarquía absoluta?
La Monarquía Absoluta surgió principalmente de una fuerte creencia en el derecho divino del rey a gobernar. Esta creencia establecía que el pueblo del Estado no tenía nada que ver con el poder de los monarcas, ya que Dios les había concedido su derecho a gobernar.
Incluso hay historias de reyes que consumían pociones azules para que sus venas parecieran más azules que las de los demás, lo que dio lugar al mito de que los reyes tenían "sangre azul".
Otro factor importante que contribuyó a la rápida difusión de la Monarquía absoluta fueron las exitosas conquistas de países como Francia y España, que amasaron ingentes cantidades de riquezas en forma de plata y oro, demostrando la superioridad de sus sistemas absolutistas.
Fue también un periodo en el que el sistema feudal estaba en decadencia y las luchas de los señores feudales eran continuas. Durante este tiempo, la unión territorial de los países fue posible gracias a la implantación de los poderes concentrados.
Los gobiernos establecieron ejércitos organizados bajo la dirección del rey, no de los señores feudales, debido a la necesidad de combinar enormes fuerzas militares. Un ejemplo de ello es la Guerra de los Cien Años que tuvo lugar entre Francia y el Imperio Británico.
Europa tuvo gobiernos descentralizados antes que gobernantes todopoderosos. La gente estaba aterrorizada por los vikingos y otras invasiones "bárbaras".
Todos estos factores crearon las condiciones ideales para que surgieran monarcas todopoderosos.
¿Hasta qué punto era absoluta esta forma de gobierno?
El absolutismo en Europa dependía del Estado.
Por ejemplo, Polonia, Inglaterra y el Sacro Imperio Romano Germánico eran menos absolutistas, ya que estos monarcas colaboraban con el parlamento. También se concedía mucha libertad al pueblo y existían algunas limitaciones al poder del gobernante.
En Estados como Rusia y España, el absolutismo era "moderado" en el mejor de los casos.
Por otro lado, países como Francia y el Imperio Otomano seguían un absolutismo estricto. Sus gobernantes tenían un control absoluto sobre estos estados, y la rígida creencia en el derecho divino a gobernar se utilizaba habitualmente para controlar al pueblo.
Por ejemplo, Luis XIV, el rey de Francia, también conocido como "El Rey Sol", puede considerarse el abanderado del absolutismo. Se creía representante directo de Dios y se imaginaba a sí mismo como el sol contemplando la Tierra, una metáfora muy adecuada para su reinado como monarca con control absoluto sobre su nación.
Países europeos que siguieron la monarquía absoluta
La monarquía absoluta reinó en varios sectores de Europa durante cientos de años. Numerosos reyes europeos afirmaron su autoridad absoluta por derecho divino.
Veamos algunas de las principales monarquías absolutas de Europa.
1. Dinamarca-Noruega
En 1665, la Ley del Rey (Kongeloven) ordenó que el monarca fuera altamente considerado y considerado la persona más intachable y última de la Tierra por todos sus súbditos, situándose por encima de todas las leyes de la sociedad y sin necesidad de ningún juez por encima de su persona, ni en asuntos divinos ni temporales, salvo sólo Dios.
Lo más significativo fue la decisión de Dinamarca de abolir el Consejo del Reino.
La Monarquía Absoluta prevaleció hasta 1848 en Dinamarca y 1814 en Noruega.
2. Rusia
Los zares y emperadores rusos presidieron como monarcas absolutos hasta 1905. Iván el Terrible fue tristemente célebre por su gobierno de terror oprichnina.
Iván el TerribleAl construir una burocracia y un estado policial, Pedro el Grande disminuyó la influencia de la aristocracia rusa y aumentó el poder absoluto del monarca.
Rusia fue el último país europeo en abolir el absolutismo, lo que sólo ocurrió tras la Revolución Rusa.
3. Francia
La monarquía francesa fue quizá el régimen más opulento e influyente. El rey francés Luis XIV (1638-1715) gobernó Francia durante un largo periodo, y algunos historiadores lo consideran un rey absoluto de éxito a pesar de ser condenado con frecuencia por sus derroches, como el Palacio de Versalles.
La monarquía francesa centralizó las autoridades ejecutivas, legislativas y judiciales del país, convirtiendo al rey en el más alto funcionario judicial. Como el pueblo ni siquiera tenía la opción de apelar, el monarca también tenía poder para ejecutar a las personas.
El monarca era responsable tanto de castigar a los infractores como de prevenir futuros delitos. Promulgar leyes y derribarlas formaba parte de su autoridad judicial.
4. Inglaterra y Escocia
Jacobo VI y I, junto con Carlos I, su hijo, intentaron introducir la idea del derecho divino en Escocia e Inglaterra.
Aunque Carlos I gobernó de forma absolutista durante 11 años, a partir de 1629, tras desintegrar brevemente el Parlamento inglés, su intento de imponer la política sacerdotal en la Iglesia de Escocia desencadenó revueltas entre los Covenanters y la Guerra de los Obispos.
Más tarde, la preocupación de que Carlos I intentara establecer un gobierno absolutista contribuyó significativamente a la Guerra Civil inglesa.
La monarquía absoluta hoy
Aunque la mayoría de las naciones europeas no practican hoy la Monarquía absoluta, algunos países siguen teniendo monarquías constitucionales.
Sin embargo, la Ciudad del Vaticano es el único país que sigue teniendo una monarquía absoluta con el Papa como monarca.
Fuera de Europa, naciones como Omán y Arabia Saudí siguen defendiendo el principio de la monarquía absoluta.
La Era del Absolutismo es un destacado periodo de la historia que dio forma a muchos de nuestros actuales sistemas de gobierno. Aunque la realeza justificaba su autoridad y poder, también se enfrentaba a muchos retos.
Con la administración moderna imponiéndose en la mayor parte del mundo, se espera que las pocas naciones que siguen practicando el régimen monárquico también cambien a una forma de gobierno más democrática.