El mundo religioso de la antigua Grecia era muy variopinto. Decenas de dioses y diosas tenían poder sobre todo, desde el trueno hasta las tormentas, pasando por el fuego, que utilizaban a su favor en sus rivalidades.

Las decenas de pequeñas ciudades-estado que formaban el mundo griego del Mediterráneo en la Antigüedad rendían culto a deidades concretas en mayor o menor medida. Atenea, por ejemplo, era suprema en Atenas.

Al mismo tiempo, Poseidón, el dios del mar, era la deidad principal de Corinto, ciudad situada en el istmo que une el Peloponeso griego con el norte de Grecia.

También había grandes templos y oráculos por todo el mundo griego, famosos en todo el mundo helenístico. Sin embargo, ninguno de ellos era tan importante para los griegos como el Templo de Apolo, en las laderas del monte Parnaso, pues era aquí donde residía el Oráculo de Delfos.

Vista de Delfos con procesión de sacrificios de Claude Lorrain

¿Quién era el Oráculo de Delfos?

El Oráculo de Delfos era el oráculo religioso más venerado del mundo griego. Se manifestaba a través de la gran sacerdotisa conocida como Pitia. Su nombre derivaba de Pytho y, por tanto, de Pitón, la monstruosa criatura del mito griego que había sido asesinada por la diosa Apolo, a quien estaba dedicado el templo de Delfos.

No se sabe con exactitud cuándo se estableció aquí el templo de Apolo ni cuándo se incorporó a él el Oráculo. Algunos estudios datan sus orígenes en el apogeo de la sociedad griega de la Edad de Bronce, cuando Micenas dominaba el Peloponeso, alrededor del año 1400 a.C.

Al igual que la mayoría de las principales sociedades de la Edad de Bronce del Mediterráneo, la sociedad griega entró en un grave declive entre el 1200 a.C. y el 900 a.C., por lo que es poco probable que el Templo se erigiera durante este periodo.

Por consiguiente, el templo y el oráculo datan probablemente del siglo IX o principios del VIII a.C. Lo más probable es que la gran sacerdotisa fuera nombrada tras la muerte de la anterior, y que su sucesor fuera preparado durante muchos años para el cargo.

El Oráculo ocuparía un lugar destacado en el mundo religioso griego durante los 1.300 años siguientes, hasta que el auge del cristianismo hizo que las creencias paganas fueran perseguidas en toda Europa.

¿Qué hizo el Oráculo de Delfos?

La importancia del Oráculo radica en la gran fe que los griegos depositaban en las profecías y la sabiduría emitidas por la gran sacerdotisa Pitia. Por ello, la gente viajaba a Delfos sin tener la certeza de que se les concedería el acceso.

A continuación, las sacerdotisas y otros funcionarios los entrevistaban y, si su propósito se consideraba suficientemente digno, eran conducidos al aditón. En esta cámara, Pythia emitía sus adivinaciones. Desgraciadamente, existe una profunda laguna en nuestros conocimientos sobre cómo se emitían sus oráculos o profecías o por qué se consideraban tan importantes.

Desde Heródoto, Platón y Aristóteles hasta Livio, Pausanio y Plutarco, muchos autores griegos y romanos describen la visita al templo de Apolo o su importancia para la vida religiosa griega y romana.

Algunos de ellos sugerían que Pitia hablaba a quienes se les permitía la entrada a las cámaras centrales del Templo, pero otros relatos de Heródoto y otros describían cómo Pitia pronunciaba sus oráculos y profecías en una especie de ensueño o estupor en el que hablaba en hexámetro dactílico, un tipo de métrica rimada que refleja cómo se escribía la poesía épica griega.

¿Por qué era tan importante el Oráculo de Delfos?

Supongamos que existe cierta incertidumbre sobre la forma en que Pitia emitía sus declaraciones. En ese caso, hay aún más dudas sobre por qué se atribuía tanta importancia al oráculo y cuál podría haber sido la explicación de la gran santidad con que se tenían estas declaraciones.

Por lo general, se supone que el oráculo las emitía en forma de declaraciones místicas, casi chamánicas, muy veneradas, lo que podía lograrse mediante fuertes estados de embriaguez o el consumo de alucinógenos.

Una teoría que ha ido ganando adeptos en los últimos años es que el emplazamiento del templo se encuentra junto a una sima geológica que emite gases.

En consecuencia, se ha propuesto que la exposición al gas etileno causó el estado de inspiración de Pythia. Otros han refutado esta noción.

Pero no se puede descartar del todo la posibilidad de que algún gas emitido en el emplazamiento del templo creara un estado de euforia exacerbado o alguna otra reacción en la gran sacerdotisa, lo que a su vez dio lugar a profecías crípticas que fueron ganando cada vez más reverencia con el paso del tiempo.

La influencia del Oráculo en Grecia

Sea cual sea la explicación del funcionamiento del Oráculo de Delfos y de las profecías de Pitia, no cabe duda de la estima y la influencia que llegaron a tener el templo y el culto que lo rodeaba.

Ya en la década de 590 se establecieron los Juegos Píticos, uno de los cuatro juegos helenísticos importantes, junto con los Juegos Olímpicos, Ístmicos y Nemeos.

En esta época, la importancia atribuida a las declaraciones de las sucesivas sumas sacerdotisas que ejercían de Pitia era tan grande que ciudades-estado de todo el mundo griego enviaban enormes riquezas al Templo en honor a ella.

Por ejemplo, a finales del siglo VII a.C., la ciudad de Argos, una de las principales ciudades-estado del Peloponeso, envió un par de estatuas ornamentadas que se creía representaban a los dioses gemelos Cástor y Pólux.

En el año 470 a.C., el tirano de la colonia griega de Siracusa, en Sicilia, Hierón, envió una elaborada estatua de bronce de un auriga tras haber ganado la carrera de cuadrigas de los Juegos Píticos.

El viajero y geógrafo griego del siglo II d.C., Pausanio, escribió un relato muy detallado de Delfos en el décimo libro de su célebre obra. Descripción de Grecia .

Así pues, el Oráculo de Delfos siguió siendo muy importante para la civilización del Mediterráneo hasta bien entrada la época imperial romana.

Fuentes

Joseph Eddy Fontenrose, Pitón: estudio del mito délfico y sus orígenes (Nueva York, 1974); Hugh Lloyd Jones, "The Delphic Oracle", en Grecia & Roma vol. 23, nº 1 (abril de 1976), pp. 60-73.

J. Foster y D. R. Lehoux, "The Delphic Oracle and the Ethylene-Intoxication Hypothesis", en Toxicología clínica vol. 45 (2007), pp. 85-89; D. R. Lehoux, "Drugs and the Delphic Oracle", en Mundo clásico Vol. 101, (2007), pp. 41-56.

Peter Levi (ed.), Pausanius: Guía de Grecia, Vol. 1 (Londres, 1984), Libro X.

C. R. Whitaker, "The Delphic Oracle: Belief and Behaviour in Ancient Greece", en Revista Teológica de Harvard vol. 58, nº 1 (enero, 1965), pp. 21-47; Hugh Bowden, La Atenas clásica y el oráculo de Delfos: adivinación y democracia (Cambridge, 2005).