La vida de Rosemary Kennedy, la hermana mayor del Presidente John F. Kennedy, es un capítulo trágico y a menudo olvidado de la historia de la familia Kennedy.

La vida de Rosemary se ha visto ensombrecida por la fama y los importantes logros de su hermano y por el hecho de ser considerada la "niña problemática" de la familia.

Los esfuerzos de sus padres por "arreglarla" acabaron teniendo un desenlace trágico y convirtiéndola en la vergüenza secreta de la familia.

Rosemary Kennedy

Complicaciones en el parto de Rosemary Kennedy

Rosemary era la tercera hija de Joseph y Rose Kennedy y al principio parecía un bebé sano.

Sin embargo, a medida que crecía, se hizo evidente que su desarrollo era diferente al de sus hermanos. Tenía dificultades con el lenguaje y era propensa a los arrebatos y al comportamiento agresivo, lo que preocupaba a sus padres.

Rosemary puede haber sufrido una complicación del parto conocida como lesión hipóxico-isquémica, que se produce cuando el cerebro no recibe suficiente oxígeno durante el proceso de parto. Esta lesión puede provocar retrasos en el desarrollo y problemas de conducta, lo que puede haber contribuido a los problemas de Rosemary.

Otra teoría que también apoyan algunos expertos es que Rosemary padecía hiperbilirrubinemia congénita, un trastorno genético que provoca altos niveles de bilirrubina en la sangre, lo que conduce a la ictericia.

Esta afección puede causar daños cerebrales, que podrían haber sido la causa del estado de Rosemary.

Se sugiere que las complicaciones del parto de Rosemary pudieron deberse a que una enfermera indicó a su madre, Rose Kennedy, que apretara las piernas y empujara hacia atrás durante el parto.

Esta posición, conocida como posición "rodilla-pecho", puede aumentar las posibilidades de compresión del cordón umbilical durante el parto, provocando la falta de oxígeno en el bebé.

Intentos de tratar a Rosemary Kenndy

La enfermedad de Rosemary era evidente desde muy joven, y sus padres, Joseph y Rose Kennedy, lucharon por encontrar la forma de ayudarla.

Matricularon a Rosemary en varias escuelas y programas. Asistió a una escuela especial para niños con retrasos en el desarrollo, pero su comportamiento seguía siendo un problema, y a menudo la expulsaban o le pedían que se marchara.

La familia Kennedy también buscó la ayuda de varios médicos y especialistas, pero sus recomendaciones eran a menudo contradictorias e ineficaces.

Algunos médicos sugirieron que el estado de Rosemary se debía a una falta de disciplina y recomendaron una estricta terapia conductual, mientras que otros sugirieron que sus problemas eran más graves y recomendaron su internamiento en una institución.

A pesar de estos intentos de ayuda, el estado de Rosemary empeoraba y su padre, Joseph Kennedy, creía que sus problemas eran un reflejo de sus propios fracasos como padre, por lo que se sentía cada vez más frustrado por su comportamiento y por la falta de avances en su tratamiento.

Esto le llevó a tomar la fatídica decisión de someterla a una lobotomía, un procedimiento quirúrgico que cambiaría su vida para siempre.

La lobotomía de Rosemary Kennedy

Para "curarla", el padre de Rosemary organizó una lobotomía. Este controvertido procedimiento quirúrgico consistía en cortar el cerebro para cambiar el comportamiento.

La lobotomía fue realizada en 1941, cuando Rosemary tenía 23 años, por el Dr. Walter Freeman, uno de los lobotomistas más destacados de Estados Unidos en aquella época.

La idea en que se basaba el procedimiento era que, cortando estas conexiones entre los lóbulos frontales y las demás secciones cerebrales, se "curaría" el comportamiento problemático del individuo."

El procedimiento se utilizaba a menudo para tratar a personas con esquizofrenia, depresión y discapacidad intelectual, a pesar de la falta de pruebas científicas que avalaran su eficacia.

Después de la lobotomía

La lobotomía practicada a Rosemary Kennedy la dejó permanentemente incapacitada, incapaz de andar o hablar correctamente y con sus capacidades cognitivas gravemente afectadas.

Rosemary fue enviada a una institución de Wisconsin llamada St. Coletta's, donde pasó los siguientes 60 años de su vida.

Estaba aislada del mundo exterior y tenía una interacción limitada con su familia. Su padre, Joseph Kennedy, la visitaba ocasionalmente, pero el resto de su familia sólo la veía con poca frecuencia.

La enfermedad de Rosemary se mantuvo en secreto y la familia Kennedy no reconoció públicamente su lobotomía hasta la década de 1970.

El silencio de la familia al respecto pone de manifiesto la vergüenza y el estigma que rodeaban a la discapacidad intelectual y las enfermedades mentales a mediados del siglo XX.

Presión sobre la familia Kennedy

La presión ejercida sobre la familia Kennedy, especialmente sobre los hijos, para mantener una determinada imagen y reputación fue inmensa. La familia priorizó su reputación y sus aspiraciones políticas sobre el bienestar de cada uno de los miembros de la familia.

Joseph Kennedy, el padre de Rosemary, tenía aspiraciones políticas para sus hijos, y creía que los problemas de conducta de Rosemary eran un reflejo de sus propios fracasos como padre.

Su trato con Rosemary Kennedy reflejaba esta presión.

La familia Kennedy en Hyannis Port, 1931.

Esta presión también afectó a los otros niños Kennedy, de quienes se esperaba que tuvieran éxito y logros y que no mostraran ningún signo de debilidad o vulnerabilidad.

John F. Kennedy sufrió numerosos problemas de salud a lo largo de su vida y estuvo sometido a constantes presiones para ocultarlos, ya que se consideraban perjudiciales para su carrera política.

El silencio de la familia al respecto pone de manifiesto la vergüenza y el estigma que rodeaban a la discapacidad intelectual y las enfermedades mentales a mediados del siglo XX.