La relación entre los policías y los donuts es un estereotipo cultural bien conocido y ampliamente aceptado, pero ¿de dónde procede esta asociación?

Desde los orígenes del cuerpo de policía moderno hasta nuestros días, exploraremos cómo esta improbable pareja ha llegado a definir un icono cultural.

¿Cómo se originó esta creencia común?

La principal razón por la que los agentes de la ley y los donuts son sinónimos es porque las tiendas de donuts eran el único establecimiento en el que los agentes podían desayunar.

Además de responder a las llamadas y estar de patrulla, y hacer todo lo que un policía tiene que hacer durante un turno normal de 10 horas, un agente de policía también tiene que encontrar un hueco para hacer la mayor parte del trabajo policial, redactar documentos como informes.

Para el público en general, un trabajo en las fuerzas del orden siempre ha girado en torno al trabajo en la calle.

Pero en realidad, incluso los agentes de policía saben que una de las principales cosas que deben hacer durante su turno es redactar informes. Y antiguamente, los agentes de policía tenían pocas opciones donde apostarse y hacer papeleo.

Incluso a finales de los años 70, una tienda de 24 horas parecía inimaginable para la mayoría de la gente. A diferencia de hoy, la mayoría de las gasolineras sólo servían para echar gasolina y no para abastecerse de alimentos.

Además, cerraban a una hora razonable, como las tiendas de comestibles. Había pocos restaurantes abiertos toda la noche fuera de las grandes ciudades, algo que hoy es casi inaudito.

Tiendas de donuts para una oficina perfecta

Como se puede ver, los agentes de policía no tenían un lugar donde conseguir comida cuando la necesitaban después de una larga noche de patrulla. Una tienda de donuts era la única opción si un agente necesitaba tomar un café rápido, comer algo y hacer algo de papeleo.

Lo que era bueno para la policía también lo era para la tienda de donuts. Abrir hasta tarde en ciudades y pueblos pequeños la convertía en objetivo de delincuentes que buscaban una forma fácil de hacerse con algo de dinero. A cambio de utilizar su edificio para los agentes de guardia, disponía de seguridad las 24 horas del día.

Esta relación simbiótica se ha ido extendiendo por todo el país, a medida que cada vez más comercios mantienen sus puertas abiertas hasta altas horas de la madrugada.

Lugares como Dunkin' Donuts tenían una política empresarial de atender a los agentes de policía, y su fundador, William Rosenberg, atribuyó a esta relación temprana la clave de su éxito inicial en su autobiografía.

Cuando Estados Unidos empezó a observar la conexión entre la policía y los donuts, se popularizaron las representaciones basadas en caricaturas, como la del policía demasiado indulgente Homer Wiggum de Los Simpson.

Un comienzo inocente acabó desembocando en una discriminación perjudicial. Gente de todos los sectores -desde cómicos hasta bandas punk y raperos- hicieron chistes sobre el policía y los donuts.